Envueltos en un mundo que avanza tan rápido y en el que parece que las relaciones interpersonales y laborales son difíciles de mantener, nos encontramos con la travesía de buscar un equilibrio si es que queremos disfrutar de nuestra vida personal y profesional. Nos damos cuenta que mantener un entorno sano no es tan fácil como parecía y que hay áreas de oportunidad en nuestra personalidad que es momento de aprovechar si queremos conservar la paz en nuestro entorno. Por eso, aquí te comparto cuatro virtudes básicas a trabajar para encontrar ese equilibrio y disfrutarlo:
1. Paciencia
La paciencia se resume como la capacidad de soportar adversidades o situaciones molestas sin quejarse ni rebelarse. ¿Cuántas veces hemos prescindido de personas porque no son lo que esperábamos o no respondieron a alguna acción como hubiéramos querido? Aprender a tolerar las diferencias entre las personas que nos rodean es parte del camino a la paz; esta virtud nos da la fortaleza para comprender los modos tan complejos de cada ser humano. Con el tiempo y trabajando esta virtud, la paciencia nos hace más resistentes a las dificultades y nos da mayor temple.
2. Comunicación efectiva
¿Cómo podemos conocer a fondo a las personas que nos rodean si no las escuchamos? ¿Cómo podemos expresar lo que deseamos si no lo decimos? El principio básico de la convivencia humana es la comunicación. Escuchar las necesidades del otro nos abre la posibilidad de convivir en armonía con los que nos rodean. La frase “hablando se entiende la gente” es tan simple pero a la vez tan real. La comunicación es un puente para la paz.
3. Empatía
La empatía representa el entendimiento de una realidad ajena a la propia, es decir, la comprensión que tenemos hacia lo que vive una persona. Oportunidades de ser empáticos las tenemos todos los días; ceder el asiento a la persona que lo necesita, darle el paso a los transeúntes o apoyar en alguna labor a tu compañero de trabajo. ¿Por qué esto me llevaría a alcanzar la armonía? Porque fomentas la buena actitud a tu entorno y esto a su vez generará buenas acciones que trasciendan de tu círculo. Recuerda, la cadena de paz comienza con un eslabón.
4. Justicia
No se puede percibir un entorno pacífico sin la justicia, puesto que no habría personas plenamente contentas en un lugar de trabajo donde existieran abusos. Por eso, es de vital importancia que aprendamos a actuar con justicia para sentir que realmente aportamos algo a nuestra sociedad. Buscar el bien para todos en su justa medida no es exclusivo de nuestros gobernantes ni responsables, también de cada uno de nosotros.
Si bien estas 4 virtudes son escalones para que cada persona pueda fomentar la cultura de paz, es importante que entendamos que estas dependen de un segundo para que surja efecto; es decir, para alcanzar la paz se necesita del otro que te ponga a prueba y que te discipline ante las adversidades.